La celebración del Día de la Tierra, este 22 de abril, es una oportunidad para reflexionar sobre la problemática ambiental y nuestra conflictiva relación con la naturaleza ¿Qué hacer? La sensibilización y educación ambiental marcan nuestro camino.
Desde la revolución industrial, la relación problemática entre los humanos y el medio ambiente ha ido en aumento. La producción en masa y el consumo excesivo de recursos empezó a preocupar a corrientes de pensamiento que veían el deterioro de los ecosistemas.
Las manifestaciones del Día de la Tierra provocaron grandes cambios en la legislación ambiental de EE. UU. y la creación de la Agencia de Protección Ambiental. Además, desde 1990, el Día de la Tierra se celebra en 141 países como un evento global.
¡Una nueva conciencia!
¿Qué lecciones nos deja entonces? Sin duda, a estas alturas podemos constatar que el origen de la problemática ambiental radica en nosotros mismos, los seres humanos. Los bríos de conservación de aquella época se multiplicaron por el mundo, pero no a la velocidad necesaria para disminuir y detener los efectos del uso indiscriminado de la naturaleza.
¡Pero aún hay esperanza! Es importante que las iniciativas que promuevan el cuidado del entorno se fortalezcan y encuentren su madurez por vía de la sensibilización de las comunidades a través de argumentos válidos y acciones concretas. ¿Qué es sensibilizar? No es más que promover la adopción de una actitud consciente frente al impacto ambiental de nuestras conductas cotidianas.
Como un edificio, debemos construir una conciencia en donde la naturaleza se conciba como un igual y, en ese sentido, al dañarla nos dañamos a nosotros mismos. ¡Establezcamos un vínculo con la naturaleza! Considerémosla como un organismo vivo, un ser complejo, único e irrepetible igual a nosotros, que merece respeto y vivir saludablemente.
La hora de Chile y la Patagonia
Afortunadamente, estas corrientes y nuevos paradigmas han comenzado a extenderse por la Patagonia Chilena, y Reserva Las Torres es un ejemplo destacado de ello. La historia de construcción de conciencia ambiental en esta zona se remonta a la visión de sus fundadores, quienes desde el inicio se propusieron contribuir a proyectos de conservación. Esta visión se ha mantenido a lo largo de las generaciones de la familia, lo que llevó a la creación de la ONG AMA Torres del Paine. Su objetivo es liderar los esfuerzos por una vinculación sostenible con el entorno y asegurar la protección y conservación de este hermoso lugar para las generaciones futuras.
Esta es la base de la construcción de un proyecto medio ambiental que hoy llamamos Reserva Las Torres, un área protegida y privada cuyo fin es la conservación del patrimonio cultural y natural de la mano del turismo. Reserva Las Torres recoge todo el camino recorrido en conservación e incorpora la construcción de una conciencia ambiental a través de un plan de sensibilización comunitaria.
Sabemos que es un grano de arena, un bloque más para un edificio que desde la Patagonia busca aportar a la construcción de una conciencia ambiental planetaria. Actuamos local para impulsar un cambio global ¡Estamos convencidos de este propósito! Seguiremos impulsando una propuesta inspiradora que favorezca la propagación de la conservación y protección de la naturaleza, con nosotros incluidos en ella.
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